Durante este año me he encontrado con música buena, interesante, intrascendente y la mayoría de las veces una aberración. Esto no importando las épocas, ya sea que haya sido de hace 50 años o hasta lo más actual, pero también me he encontrado con artistas que nunca me esperaba que realizaran algo que fuera musical. Esto lo menciono por el caso especial de Adanowsky, del cual me recomendaron escuchar su disco durante una fiesta y que la primer referencia que me dieron acerca de él, es que es hijo de Alejandro Jodorowsky. Al momento de escuchar este comentario me imaginaba que pues iba a ser el clásico hijo de alguien reconocido que realizaba obras sin trascendencia o de nula calidad, aparte el que me lo recomendó me dijo -"wey, es tan chingon que lo puedo comparar con el mastuerzo (EPIC LOL!!!)- por supuesto, sabiendo que el es fan del mastuerzo, solamente lo tomé como una pauta, pero a mí realmente no me gusta el mastuerzo y fue mi primer síntoma de desconfianza.
Para el siguiente día, pues ya bastante desvelado me dispuse a encender mi computadora y descargar el disco -hey, la verdad es que tenía hueva de ir a buscar el disco y aparte a ver si lo encontraba-, pero el chiste es que al escucharlo pues resultó algo realmente gratificante que mi comentario fue el mismo que el del amigo que me lo recomendó, nadamás que yo puse como pauta a Beck.
Desde el comienzo del álbum resulta verdaderamente una delicia con la canción l' idole de la cual por cierto se editó una versión en español. Según Adanowsky la idea de este álbum es que en teoría el es como un ídolo de los años setenta, un músico estereotipado en esa época para darle ese toque personal al mismo, y creo que le salió bastante bien y es muy ad hoc con digamos..... la personalidad excéntrica heredada de su padre. De igual forma varias de las canciones suenan o tienen un estilo como sacadas de una película de Jodorowsky como estoy mal -la cual tiene clara influencia de Tom Waits-, o también no; también están la course des rats, maman t'as pas fini y Tuez-vouz! tuez-vouz!, como piezas que delatan que este hombre verdaderamente es el que anima las noches parisinas.
Es así como debo concluir que es un gran álbum, de culto realmente, y que aunque quiera esconder el apellido de su padre o más bien dicho disfrazarlo, es correcto decir que es un buen disco y que sinceramente, los que tengan la posibilidad de comprarlo en una tienda o que no tienen hueva, pues que suerte, y para los que no, simplemente bájenlo y disfrútenlo aunque haya salido hace dos años y yo apenas este escribiendo esto.
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