Hablando de porquería y media (aunque yo creo que muy completa)

A propósito del fantabuloso y excepcional concierto de la ultra evolutiva, pesadísima, greñuda, anciana y pasada de moda Iron Maiden, que se supone son los que marcan la diferencia entre las bandas del metal porque siempre se han caracterizado por ser la pauta en el fierro (aun hay ilusos que siguen pensándolo). Me quedo sin comentarios ante la algarabía provocada en la ciudad y sinceramente debo declarar que a mi me cagan totalmente, y no sólo este, sino cualquier grupo metalero existente sobre la faz de la tierra y lo peor de este caso es que me surran aun más sus seguidores. Desafortunadamente ahí está la barrera de la diversidad y en gustos se rompen géneros, aunque en este caso no me voy a encargar de redactar mierda hacia el fierro oxidado debido a que tengo weba y ando crudo. Pero sí publicaré un mail que me llegó hace un año de un wey acerca de este tipo de música y la personalidad estereotípica de sus seguidores, encontrándolo muy Ad Hoc en estos días y que a pesar del tiempo, este relato y crítica tiene un funcionamiento no cambiante, tal como la personalidad y música de los grupos metaleros y de sus fans. Esto fue escrito por Diego (quien en el bajo mundo de las borracheras es conocido como Gonzalo González), esperando solamente que lo disfruten. Por cierto el dio la aprobación para postearlo, gracias.

Ayer por la noche medio alcoholizado entré al "Ibex" donde me iba a reunir con unos amigos. como sabrán, el "Ibex" es uno de los pocos espacios de expresión (gracias a Dios o al Diablo) para "metaleros". Nunca había visitado ese lugar. Camisas negras, pantalones de mezclilla, botas al estilo militar o industrial, cabello largo estilo Daniela Romo ondulando por los movimientos del "head banger" eran el outfit predilecto de los concurrentes. La testosterona inundaba el lugar, las camisas arremangadas para enseñar el tamaño de los bíceps (aún y cuando estos eran inexistentes) me recordó algún documental de "Animal Planet" donde el macho alfa de una manada de carneros exhibe se cornamenta para dejar en claro su predominio dentro de la manada.

Hoy en día se habla de la tolerancia, la diversidad cultural como concepto es rezo diario, pero hay que tener cuidado con "las trampas de la diversidad cultural". Si, hay que reconocer la otredad de las personas, hay que reconocer su derecho a ser, estoy de acuerdo en ello, pero la diversidad cultural como concepto, hoy en día, se traduce en aceptación, porque es diferente es bueno, y esto no es necesariamente cierto, te reconozco pero no me gustas. Tengo el derecho de criticarte, regularmente lo haría a tus espaldas sin que te des cuenta, pero hoy no.

Detrás de la imagen ruda de los "metaleros" subyace lo que es común en estos días en todas las tribus sociales, la estética fundamental como símbolo de pertenencia a determinado grupo, entonces, se busca, se persigue, se cuida, se protege a capa y espada esta imagen estética. Esta imagen ruda se contradice con este afán de búsqueda de esteticidad, se arreglan para verse desarreglados, ósea, esta imagen de hombre fuerte, de macho alfa, de rudeza, es totalmente falsa e hipócrita.

Estoy enojado, estoy molesto, probablemente sea el alcohol abandonando mi cuerpo pero hoy más que intolerante soy intolerable, ayer me di cuenta de que me "cagan" los metaleros como grupo social, no individualmente, y bueno para estar en boga con las prácticas de intolerancia social que hoy en día se vive en todo el país, quiero lanzar una campaña la cual denominaré "pícale el culo a un metalero". La mecánica, como su nombre lo indica, consiste en picarle el culo a un metalero, pero de manera simbólica, es decir, hacer un movimiento con la mano como si fueran a picar un ojo con la variante de que la mano tiene que estar a la altura del ano del metalero.

Los metaleros no son lo suficientemente hombres para escuchar "Hard Core" ni lo suficientemente "putos", putos en el mal sentido de la palabra, no tiene nada que ver con preferencias sexuales, para escuchar a Ana Gabriel (por aquello de los gritos agudos).