
Mientras me tomo un pequeño receso de mi tarea de la materia de Taller de investigación documental, me doy cuenta con notable indiferencia que ya mañana es 15 de septiembre y se conmemorará otro aniversario más de la celebración de la independencia de México. He perdido la noción del tiempo de hace cuanto comenzaron a poner adornos y luces en las calles, debido a que eso me daba una referencia del tiempo y en últimos años me parecía muy temprano cuando ni bien terminaba agosto y ya comenzaban con la mercadotecnia patria. El chiste es que ahora la desilusión y el miedo rondan por las calles, los festejos del bicentenario más que dar expectativas dan más cabida a las protestas y al desconcierto, y la crisis... bueno ya para que digo más.
Me da mucha curiosidad saber porqué ya nos estamos apresurando por los festejos del bicentenario y no en el aspecto de planeación o difusión del proyecto, al contrario, me parece buena idea y los tiempos están muy bien calculados. Lo que me intriga es que casi casi ya lo estamos celebrando para ésta próxima fecha, cuando realmente falta un año. No es exageración, pero lejos de decir que serán 199 años, ya se está diciendo que son los 200 años. Aún no se sí es mi retorcida imaginación o mi distraída sensatez. Lo único cierto es que la sociedad no tiene la más remota idea de lo que significa el bicentenario o definitivamente lo repudia.
Por el momento no sé porqué yo también estoy escribiendo sobre el Bicentenario si se supone que se van a celebrar 199 años y no va a ser una celebración muy esperanzadora, creo que ya no se puede esperar algo más. Ya no hay héroes ni villanos, ya no hay historias ni anécdotas, ya no hay banderas ni matracas, ya no hay lluvia ni gente, sólo hay fuegos artificiales.
1 comment:
Sería interesante pensar también en el centenario ignorado, dilapidado por la mercadotecnia calderonista: ¿Revolución se llamaba? ¿A caso sucedió en un momento de crisis política y social como el que vivimos?
Mientras quede gente con cerebros capaces de sinapsis, habrá gente dispuesta a cambiar el presente y futuro de este pedazo de tierra que llamamos nación.
Sin llegar a la Natzional Socialist, hay que pensar en muchas cosas en estos tiempos.
Quizá hay que ignorar un poco los fuegos artificiales.
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